domingo, 13 de enero de 2013

MÚSICA Y LETRA


bocanada
Augusto Guerrero estaba cansado.
Veía cómo sus sueños se hacían humo descaradamente en su cara. Humo gris verdoso, como el que sube del mar anunciando un naufragio.
Sueños de algodón…
Envuelto constantemente en días complicados, se sentía invisible para los demás. La nube de su taquipsiquia era impúdicamente pesada. (No podía entender cómo semejante mole pasaba desapercibida)
¿Cuánto tiempo más llevará?
Pasaba las horas simulando creer en algo (difícil faena...). Lo cual le resultaba como si mil niños lo acosaran con sus chillidos. Como si mil hembras le mintieran al unísono. Como si mil teles estuvieran encendidas en el canal más verborrágico. Demasiada interferencia.
Y ya no soportaba sus oídos abiertos, su permeabilidad.
¿Qué significa el silencio?
Con gran cuidado tomó los tapones anteriores y los actuales, los despojó de toda pelusa molesta y los sumergió en alcohol.
Me quiero morir mil veces, y una más.
La realidad no era mala. Solo la entendía poco. (Tapones limpios en sus oídos blancos)
¿Qué significan esas voces?
Y las voces. Esas, que sonaban todo el tiempo y le bloqueaban la respiración hasta acudir una vez más al inhalador de emergencia. Esas, que rebotaban en su cabeza como una bata a lo Rush, pero sin aquella adrenalina.
¿Será la medicación?
Ya no esperaba esos ojos sonrientes que lo aceptaron sin preguntar. Menos, aquel gesto adelantando la caricia.
Y ese dolor constante que insistía, invadía, y sin el más mínimo pudor se imponía; y lo podía…
¿Qué se me clava en los hombros?
Algo lo mantenía adusto, crispado, incómodo; defendiéndose del aire que lo tocaba. No lograba acomodarse en su gabán recién puesto. Aun así, salió a subir.
Escalones aliviadores… ¿cuántos son?
Los trepaba con ardor, con la piel hecha pedazos y los ojos de papel…
¿Cuándo llegaré?
La música giraba en su garganta. Estrofas de otra vida, de otros sueños. Preguntas amontonadas y respuestas sin sentido… (Todo amotinamiento pareciera estar bajo control…)
Llegando a la puerta salvadora, la somnolencia tan ansiada empieza a crecer.
¿Empieza a crecer?
Ya no importa dónde van los manojos de deseos truncos. Apuntan hacia el cielo gris. Ciego y sordo de neutralidad.
¿Qué música es esa?
Su alma reconoce los tonos de su estirpe. Y sus alas se rehacen.
¿Qué clase de vuelo es este?
Es el vuelo que vibra en sus ansias, repletas de amor.
¿Adónde debo ir?
Desde aquí, bien derecho a la eternidad.

cMc - 11.12.12
(…con secuelas de letras y músicas incrustadas en las células…)



Para Gustavo, Luis Alberto, Miguel, Frank y varios más que iluminaron con su poesía mis años de oscuridad. Y me siguen acompañando…
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para:
Cabecera blog
palabras prestadas por bibi:
Guerrero – Invisible – Humo - Naufragio


































1 comentario:

  1. Excelente. Vuelto a leer, y vuelto a disfrutar, Claudia.
    Dije en "La Azotea", y digo aquí:
    "Brillante, Claudia.
    Los estados de ánimo del protagonista, descriptos a tu manera, tan especial, tan imaginativa: mezcla de lo onírico con lo surrealista, y dotado de una profunda realidad drámatica en todo su espectro.
    La música es esencial en el texto, y el final construido magistralmente.
    Me encantó."
    Saludos...

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