miércoles, 2 de mayo de 2012

ASCENSO AL INFIERNO

 

gargolas

Subía lento.

Sabía que estaban ahí.

Lento y suave. Para que no la noten.

Atravesada por la daga del error, sufría las consecuencias.

-¿Cuántas veces le dijimos que TODO no se puede entender?

Pocas veces pudo dejar de analizar; menos, de no escuchar palabras necias.

-Humanos vulnerables…. Nunca A APRENDER van…

Uno tras otro los escalones la alejaban de su dolor.

Con decisión intermedia, su cuerpo accionaba. Aunque en un rincón de su corazón esperaba el abrazo rescatador. La mirada amigable. La verdadera compañía para su alma esforzada.

-No hay caso. Prefiere autoflagelarse antes de A LOS CUATRO VIENTOS gritar…

-Autodestruirse antes de desviarse del ELEGIDO camino…

Subía lento, pero con ganas de que la sigan. Que la paren. Que la quieran.

Que la acepten tal cual es, sin tanta crítica feroz.

-Capaz la fiesta del octavo LA DISTRAE... y se deja ATURDIR con sus burbujeantes y aliviadores sones…

No daba más.

No llegaba más.

-Capaz que se queda en el noveno DESMAYADA… y un sueño incómodo EL SENTIDO DE LA VIDA le mueve…

Convencida que desde lo alto es más fácil tomar vuelo, un nuevo impulso la animó a seguir trepando menos lento. Más audaz.

-Capaz que HASTA EL SUBSUELO se desvía, tapando sus siglos TODOS de agonía…

Algo nublado le vino desde sus pantorrillas y la hizo trastabillar en el ascenso a la azotea. Fue casi un recuerdo de cuando fue halcón, hace varias existencias. Ahí, depredar era vivir. Y vivir justificaba todo. Pero ya no creía en eso ni en nada. La pulsión destructiva era más fuerte que todo resabio de cordura.

-Y acá está, uf, otra vez. Una vez más SU DESCONCIERTO tendremos que presenciar.

Al llegar a la azotea fue directo al borde más cercano. Y viendo el cielo violáceo se lanzó a volar, en caída libre y grosera.

-Y nosotras, como QUE SOMOS gárgolas de piedra, HACER nada podemos… solo ETERNAMENTE atestiguar las INCONSCIENTES ganas de LOS SERES éstos de volver una y otra vez a POR LO MISMO pasar…

Llegó, al fin. Llegó para volver muy lento, lento y áspero. Incómodo y fiero. Entregada a repetir los errores de siempre. Cada vez más agudos.

-Aunque tal vez, POR ESTA VEZ solo, le demos EN SU VIAJE NUEVO una mano.

Claudia Medina Castro

10.04.12

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1 comentario:

  1. Realmente puedo escuchar las gárgolas hablar, en su propio idioma, gracias a tus letras.
    Muy bueno, Claudia.
    Y un lujo compartir contigo los relatos de "La Azotea"
    ¡Saludos!

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